Michael Kersting, un experimentado batería alemán, que tiene en su haber el no desdeñable currículum de haber tocado con Chet Baker, Kenny Wheleer o Jaco Pastorius entre otras grandes personalidades de la historia del jazz, decide trasladarse al sur de España en el año 2019. Se instala finalmente en Cádiz, donde mantiene contacto con los músicos de la zona. Fruto de ese contacto sería su relación con el saxofonista Pedro Cortejosa, con el que realiza algunos conciertos y establece una relación musical y personal que se materializa en el proyecto “Gloría Trío”, junto al guitarrista Argentino Ramiro Barrios.

Tras los años de restricciones de pandemia no es hasta el 2023 que Cortejosa viaja a Stuttgart para volver a reunirse de nuevo con Michael y realizar una serie de conciertos en Alemania. En esta ocasión estarían acompañados por la maestría de Thomas Heidesprem, un viejo amigo de Michael, curtido en la Radio Orquesta de Frankfurt más de 30 años y músico de referencia para gigantes como Eliane Elías, Brandford Marsalis, o Michael Brecker entre muchos otros, que no dudaban en acudir a Thomas para sus giras Europeas. En este encuentro este trío decide realizar una serie de conciertos en España, volver al sur donde todo comenzó, para grabar un proyecto que además contaría con Trevor Coleman, pianista/trompetista afincado en Sevilla, sólido sideman para músicos como Rick Margitza, Joe Sanders o Jorge Pardo, y con el que todos habían compartido escenario en diferentes proyectos. Coleman había sido habitual de la escena Berlinesa y compartía con Kersting intereses musicales, grabaciones y un sinfín de conciertos realizados en los años en que ambos vivieron en Berlin.

El cuarteto se conforma conceptualmente dentro de la autoría de las canciones que aportan sus miembros (Coleman, 3 veces nominado al Emmy, y Cortejosa, prolífico y variado en sus diferentes trabajos), así como de la libertad estilística que cada uno de ellos considera indispensable para un género libre, nacido del crisol de culturas y forjado en torno a la mezcla de otros géneros musicales.

La inclusión de standards como punto de partida para la creación no hace sino acrecentar esa autoría, la posibilidad de llevar una idea a otros terrenos no explorados hasta el momento justo de su puesta en escena. Todos ellos son “sospechosos”, buscadores incansables de profesión que se establecen en zona fronteriza, donde los límites se difuminan y puede verse una sombra de malicia bajo la sonrisa relajada, la de la curiosidad que no impide dar un paso más llegado el momento. En el territorio en el que se encuentran ¿quién no lo es?

Pedro Cortejosa - saxo

Trevor Coleman - piano, trompeta

Thomas Heidepriem - contrabajo

Michael Kersting - batería