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Descripción del evento
Oh Sagrado Misterio, de belleza inconcebible y de alegría tan desbordante que ni los mares pueden embotellar. Fiestas en la calle pero profunda reflexión intramuros de Iglesias y Catedrales, así de encontrados eran los sentimientos vividos durante el s. XVI respecto a la Navidad.
Gracias a este concierto podemos hacer un recorrido con criterio histórico sobre la música de Adviento y del día de Navidad en el Renacimiento español, época de mayor esplendor musical de nuestra historia. Como decía Cicerón, no puede existir el bien sin el mal, no puede haber un hecho tan importante como la Navidad sin un periodo de reflexiones que prepare los corazones para tan sagrado hecho. Para ello es el Adviento, y no se puede conseguir mayor penetración y profundización en el alma sin la música, desde los griegos hasta los expresionistas coinciden en que la música remueve el alma entera. El Hombre Renacentista, consciente de este hecho se esfuerza en ello y gracias a Morales, Victoria, Guerrero, Boluda o Navarro podemos centrarnos en las reflexiones particulares de cada domingo.
El concierto está dividido en cinco partes, los cuatro domingos de adviento que culminan en la Navidad. Cada domingo tiene una temática propia en cuanto a liturgia se trata, y en diferentes partes de hechos evangélicos, desde la Anunciación a la Visitación, pasando por la Alegría o la Vox clamantis in desserto. La unión en la separación. Pero hay un hecho que une a todas las Iglesias Cristianas por igual, pese al cisma de ruptura, el Nacimiento de su Dios, la Navidad. Por ello, en este concierto, podremos escuchar una atrevida apuesta que unirá a las Iglesias Ortodoxas, Ortodoxas Coptas y Armenias, Católica y Católica Mozárabe. Un Introito de canto litúrgico monódico de cada una de ellas, que, pese a las diferencias son cemento para grietas. Desde el canto en modo bizantino con su Isonos de la Iglesia Ortodoxa, a la arabización de los cantos armenios y coptos a la sobriedad y regularidad mozárabe y católica, podremos escuchar las diferencias estéticas en la unión teológica. Vigilate et Orate, vigilad y orad, que, con el agua bendita, esparcida con el Asperges Me de Ginés de Boluda en el rito del Asperssarium, fortalecía e inspiraba a los creyentes que sentían el inicio de la penitencia y reflexión.
Por otra parte, durante el Renacimiento Español, fuimos los mayores defensores del misterio de la Inmaculada Concepción, el cuál teológicamente se luchó con gran retórica, filosofía y teología ante el mundo entero, y así lo refleja Tomás Luis de Victoria. Con una polifonía muy cuidada y con el cariño característico que los fieles españoles sienten hacia la Inmaculada Concepción, patrona de España.
El concierto continuará en esta línea con diferentes estilos y vivencias, desde el Renacimiento sevillano de Morales o Guerrero, más floreado, llegando a haber textos en español de las famosas villanescas de Guerrero hasta el estilo más sobrio y contrapuntístico de la escuela Renacentista castellana, con Victoria o Navarro. El culmen del concierto, será el culmen litúrgico de todo tiempo de espera, en este caso, la Navidad, donde los cantos se multiplican, la popularidad resurge y entra en la Iglesia iluminando con tonos arcádicos un sacro espacio de blanca pureza. El regocijo, festividad y celebración culminan en la soledad, pues es inevitable que cualquier música sea escuchada por un grupo de personas pero cada individuo, en su soledad, siente de única manera cada nota resonante, cada color de la polifonía, cada verso del texto; y es en la soledad donde el misterio muta a pensamientos, y los pensamientos se transforman en reflexiones, que se reflejan en una espiritualidad y vivencia individual de cada persona.
La soledad en la que escucharemos O Magnum Mysterium de Victoria hace una versión única para cada persona, pues es ahí, en la reflexión de una polifonía que roza, como el dedo de Adán a Dios, la perfección. Sentido, profundo, intelectual, penetrante, toda la preparación acaba en un Sagrado Misterium. O magnum Mysterium, de belleza hipnotizante, embúllenos de tu luz, y desde la soledad acompañada de nuestra butaca, genera en nosotros una reflexión y renovación, y en lágrimas o sonrisa, transforme el alma de cada oyente
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